CASTILLA-LA MANCHA

Iglesias y su cortina de humo

¿Ha hecho Podemos todo lo posible por evitar la continuidad de Rajoy en la Moncloa? La respuesta a esta pregunta viene necesariamente unida a un segundo interrogante ¿Le interesa? Pablo Iglesias se ha convertido en un experto en desviar la atención, generar cortinas de humo o victimizarse cuando no le queda escapatoria para afrontar un asunto.  Da igual que se trate de la decisión del PSOE de desbloquear el gobierno, para hablar de los problemas internos de Podemos o ante cualquier asunto en que se cuestione a los líderes de su organización, y de esto hay no pocos casos. Creo que me encuentro entre los socialistas que más ha defendido la necesidad de alcanzar acuerdos con los de Iglesias, pero por ello no voy a aceptar lecciones morales de quien aun tiene tanto por aprender como por aportar.

Todo el mundo sabe que la izquierda en el Congreso no fue mayoritaria tras los comicios de diciembre y aun menos tras las elecciones de junio. Guste o no, un gobierno alternativo de izquierdas no suma los escaños suficientes. ¿Cuál fue la postura del PSOE teniendo como objetivo desalojar a Rajoy del Gobierno? Buscar un acuerdo de cambio con fuerzas que apostasen por la recuperación del Estado del Bienestar, la lucha contra la corrupción y la regeneración democrática. Todo esto era posible mediante un pacto de investidura entre el PSOE, Podemos y Ciudadanos.

Este acuerdo, que producía la salida de Rajoy de la Moncloa, fue boicoteado por la formación morada, sin que ahora por supuesto quieran hablar de ello. Primero situó como línea roja inquebrantable la celebración de un referéndum de independencia en Cataluña, sabiendo de su ilegalidad y del rechazo frontal que producía en el resto de formaciones. Más tarde Pablo Iglesias se presentó ante el Rey  con un organigrama de Gobierno PSOE-Podemos con el reparto de carteras ya hecho, del que mi partido tuvo conocimiento en la misma rueda de prensa posterior. Y, tras semanas de tensión deliberadamente buscada, decidieron bloquear un gobierno presidido por Pedro Sánchez. Pablo Iglesias entendió que era preferible que Rajoy continuase al frente del Gobierno a que el PSOE gobernase de la única manera que resultaba presentable, con el apoyo de Ciudadanos y Podemos. 

¿De verdad era prioritario desalojar a Rajoy de Moncloa para los líderes de Podemos? No. Ya he expuesto en otros artículos que persiguen la máxima leninista de «cuanto peor, mejor». Pero había que desviar la responsabilidad, y hacer creer a todo el mundo que Pablo Iglesias había hecho lo imposible y que toda la culpa era de los demás. Como siempre. 
Durante estas últimas semanas los dirigentes de Podemos han cargado duramente contra los y las socialistas cuestionando nuestros procesos de toma de decisiones calificándolos de antidemocráticos y cosas aun peores.  ¿Puede darnos lecciones quienes depuran a aquellos que discuten algunos postulados desde dentro de su partido? Pondré un solo ejemplo. En Cataluña Podemos expulsó desus filas a Enric Martínez Herrera (disputó a Iglesias el liderazgo en primarias quedando tercero y quiso optar también al liderazgo catalán) por sostener que el derecho de autodeterminación no puede existir ni en Cataluña ni en Euskadi. ¿Alguien imagina un fenómeno similar en el Partido Socialista? ¿Qué haría Podemos con aquellos militantes del PSOE que no sólo cuestionan algunas decisiones internas, sino que incluso las descalifican con dureza y ofenden a los dirigentes que las plantean? ¿Puede darnos lecciones Podemos a los socialistas de democracia interna? Decía Einstein que «dar ejemplo no es la principal manera de influir en los demás, es la única manera». Así que, cada uno asuma su responsabilidad.

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