CASTILLA-LA MANCHA,  PARTIDOS

Todo sigue igual en el PP

Todo sigue igual en el PP. A Feijóo se le encuentra siempre en el “no”, allí donde ya estaba Casado. Como escribió Lampedusa en ‘El gatopardo’ sobre la aristocracia italiana, el PP ha aparentado que todo cambia para que, en realidad, nada cambie. En los últimos meses, el PP ha votado en contra de las medidas más importantes que ha impulsado el Gobierno de España para hacer frente a la crisis derivada de la Guerra de Putin en Ucrania, como antes había sucedido con las medidas contra la crisis de la Covid. Vota que no incluso cuando el gobierno plantea cuestiones muy similares a las que semanas antes reclaman desde la oposición. Por eso el PP de Feijóo no se diferencia en nada del PP de Casado, del PP de Ayuso o del PP de Núñez. Hay un único Partido Popular, que rechaza una y otra vez las respuestas sociales a todas las crisis. Lo ha hecho con el Decreto Anticrisis, con el Decreto Energético y las medidas para transportes, con la reforma del poder judicial, con la ‘excepción ibérica’ que critica mientras recibe el aplauso de la derecha europea…

Hagamos un breve repaso.

A finales de abril se votaba en el Congreso el decreto con las medidas planteadas por el presidente Pedro Sánchez para amortiguar los efectos de la Guerra de Putin. Así, el PP votó en contra de la bonificación de 20 céntimos por litro en el precio descontrolado de los combustibles, de los bonos sociales eléctricos para 600.000 familias, de la rebaja al 10% del IVA en la factura eléctrica, del aumento en un 15% del ingreso mínimo vital, de 10.000 millones en créditos ICO, del tope a la subida de los alquileres o, entre el amplísimo conjunto de medidas, de la partida de 430 millones de euros para el sector primario que tanto dicen defender con las palabras, porque luego no lo hacen con los hechos.

El nuevo paquete de medidas con que Sánchez ha ampliado la respuesta del gobierno a la crisis, con felicitación desde Bruselas incluida, también ha vuelto a contar con la negativa del PP de Feijóo. En el primer Pleno de este curso, se ha vuelto a desmarcar con su voto contrario al decreto energético, que incluía también ayudas en otros ámbitos. Esta vez el PP ha dicho que no a los descuentos para el transporte público, a la partida de 450 millones en ayudas directas a empresas de transportistas y, entre otras medidas, a los complementos de 400 euros en las becas para estudios.

Aunque su líder ha intentado justificar esta nueva negativa con frivolidades, como si el decreto únicamente aconsejase quitarse la corbata cuando hace calor, lo que ha ocurrido es que ha dejado de nuevo al descubierto su actitud absolutamente obstruccionista, alineado a la hora de actuar por el ahorro energético con la política ‘trolera’ de Diaz-Ayuso.

El PP que hace un año se oponía a la subida del salario mínimo interprofesional y que en plena pandemia votaba en contra del estado de alarma, sigue en la misma línea con Feijóo que con Casado. De los cuatro decretos de mayor calado desde que el gallego lidera el PP, su partido se ha abstenido en dos y ha votado en contra de otros dos fundamentales para afrontar los desafíos impuestos por la situación internacional. El mensaje es claro: puede cambiar de líder, pero el PP no está dispuesto a remar a favor.

El PP de Feijóo sigue siendo el PP del “no” de Casado, como lo es el PP del “no” de Paco Núñez, empeñado en su política de bulos y exabruptos, pero incapaz de estar donde se espera a un líder que defienda los intereses de la región. En el momento más duro de la legislatura, cuando el presidente Page planteó a las fuerzas políticas y los agentes sociales el gran Pacto por la Reconstrucción para reaccionar al frenazo provocado por la pandemia, Núñez respondió con la negativa a sumar por el interés común: el PP de CLM dijo “no” a una estrategia con más de mil millones de euros para fortalecer los servicios públicos e impulsar ayudas a personas vulnerables, autónomos, empresas, trabajadores y trabajadoras. El Gobierno autonómico firmó el acuerdo con PSOE, Ciudadanos, sindicatos y patronal, pero el PP de CLM se quedó fuera de juego en el momento en que la ciudadanía demandaba a la clase política unidad y altura de miras.

En la hora de la verdad, al PP le importa muy poco amortiguar los efectos de las crisis sobre la población. Y cuando realiza propuestas, siempre las mismas, se contradicen con las políticas que impulsó en el gobierno durante la crisis anterior, cuando prometían no subir los impuestos y, en cambio, subieron el IRPF, el IVA y todos los que estuvieron a su alcance.

En su política de acoso y derribo, el PP se obstina en deteriorar la imagen de Castilla-La Mancha y de España, incluso fuera de nuestras fronteras; alienta la psicosis a la vuelta del verano asegurando que “todo puede empeorar” y pulsa el botón del “no” rotundo en las votaciones porque su única prioridad es que caiga el gobierno, aun cuando caiga también la ciudadanía, en especial la población más vulnerable. Feijóo sigue instalado en un patriotismo de boquilla, insolidario y para beneficio propio, dispuesto a hundir el país y a arrastrar en la caída a sus propios compatriotas.

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