CASTILLA-LA MANCHA

GRACIAS

Quiero dar las gracias. En primer lugar a quienes han votado, independientemente de la opción elegida. Votar es un derecho, pero para mí es mucho más. Supongo que dependerá del prisma desde el que se mire. Desde el mío votar es algo más que elegir, es afirmar el deseo de vivir en democracia. 

Gracias a los 30.199 hombres y mujeres que decidieron votar por el PSOE en Guadalajara. Trabajaré para merecer la confianza cada día. Hemos obtenido el 23,04 % de los votos emitidos, muchos menos de los deseados, muchos más de los que pronosticaban las encuestas y predecían los (más) informados. Mi sensación es agridulce. Creo que, en este contexto el resultado es bastante bueno porque hemos subido porcentaje de voto en la media del Corredor incluyendo la capital (mención aparte merece Azuqueca, municipio de más de 1.000 habitantes de Guadalajara y quizá de Castilla-La Mancha donde más subió el PSOE), aunque la evolución del Partido Popular ha sido mucho mejor, en consonancia con lo que ha sucedido en España. Hay quien se puede contentar en el análisis comparativo. Que si somos los únicos que hemos subido en la región, que mejoramos en escala nacional, que hemos evitado el “sorpasso”… Yo no puedo evitar la autocrítica cuando veo que el PP, sin más campaña que el miedo a los demás, mejora y se coloca en condiciones objetivas de formar gobierno.

Gracias a la militancia del PSOE. Gracias por el trabajo, por la campaña, por las horas en las mesas en los colegios electorales, pero sobre todo por la ilusión en querer construir una Guadalajara mejor en una España mejor.

Gracias a la dirección del PSOE en Guadalajara y en Castilla La-Mancha, con Emiliano García-Page a la cabeza, y a sus electos locales que se han dejado la piel y han convertido estas elecciones en algo “muy personal”. Gracias a los compañeros y compañeras que han dirigido la campaña, y a los y las que me han acompañado recorriendo la provincia para dar mítines, celebrar debates, tener reuniones y visitar nuestros pueblos. Gracias a la magnífica candidatura que hemos tenido en Guadalajara, personificada en una compañera ejemplar como es Riansares Serrano, reelegida Senadora.

Gracias a quienes nunca fallan y siempre están. Para mí, mi gente, es mucho más que un apoyo moral.

Toca representar a la provincia y defenderla. Y hacerlo, hoy, me produce una enorme ilusión. Algunas personas me dicen que mi manera de llegar a ser diputado nacional, tras la persecución sufrida por el PP y sus largos tentáculos, tiene algo de justicia poética. No lo sé. Sin quitarle romanticismo diré que me tomo esta responsabilidad como parte de un proyecto colectivo que comparto con todos los hombres y mujeres que sueñan con un país más justo e igualitario. No me siento nadie especial, sólo un tipo afortunado que quiere ayudar a que la gente viva mejor y sea más feliz. Una parte pequeña de un proyecto grande, heredero de las más nobles ideas y mejores causas que nos trajeron, a pesar de muchas guerras e injusticias, al mayor espacio de derechos y libertades que quizá solo soñaron nuestros abuelos y anhelan hoy en tres cuartas partes del mundo. Ahora nos toca, soñar con mejorar nuestro legado, pero sobre todo toca hacerlo realidad, universalizarlo e impedir que aquellos que ya lo tienen todo, vuelvan a ponerlo en cuestión.

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