CASTILLA-LA MANCHA

Pedir, trabajar, convencer, dar.

Azuqueca acoge estos días la Party Quijote, el mayor evento de nuevas tecnologías e informática que se celebra en Castilla-La Mancha y que pone de manifiesto el compromiso compartido de Gobierno regional y Ayuntamiento por facilitar el acceso de los ciudadanos a la sociedad de la información.


La Party Quijote es la parte más visible del trabajo que venimos realizando en el día a día para ofrecer nuevos servicios on-line, avanzar en la implantación de una administración electrónica y garantizar una mejor formación en nuevas tecnologías a nuestros vecinos. Por eso, para mí la Party Quijote es un premio al trabajo.


El Ayuntamiento de Guadalajara no lo ve así. Una concejala, bajo las órdenes de Antonio Román, dice en nota de prensa que “lo lógico” hubiera sido que la Party Quijote se celebrara en Guadalajara. Dice textualmente que un evento de estas características “se podía y se debía haber celebrado en la capital”. ¿Por qué? Me pregunto yo. Está por la primera vez que me yo quejo de que se haga algo en Guadalajara o en cualquier otro lugar de nuestra provincia, porque entiendo que, si es bueno para la provincia, es bueno para Azuqueca. Por desgracia, Antonio Román no lo ve así.

Empiezo a estar cansado del ninguneo al que el Ayuntamiento de Guadalajara, con su alcalde a la cabeza, se empeña en someter a Azuqueca y a los azudenses. Parece que todo lo que no sea en la capital no existe y que todo lo bueno debe hacerse en Guadalajara por el hecho de ser la capital, y no porque haya un trabajo previo que demuestre interés en implantar nuevos servicios que mejoren la vida de los ciudadanos. Si al alcalde de Guadalajara le interesan las nuevas tecnologías, lo primero que tiene que hacer es abrir los centros de Internet que mantiene cerrados de manera inexplicable. En Azuqueca tenemos dos, y ambos con una actividad frenética durante todo el año, algo que nos ha hecho merecedores de un premio a la excelencia en el servicio al ciudadano. A nosotros nos interesan las nuevas tecnologías porque mejoran la vida de los ciudadanos. Por eso invertimos en ellas cada día y por eso es un orgullo que la Party Quijote se celebre en Azuqueca.


Y diré más. Ser la capital no es esperar con las manos abiertas a ver qué nos cae. Eso es a lo que está acostumbrado el Sr. Román, que con su actitud victimista pisotea cada día al resto de la provincia e, incluso, a sus propios vecinos. Ser la capital tiene privilegios, pero exige también responsabilidades. Entre ellas, la de permitir que los ciudadanos de otras partes de la provincia -que también pagamos los servicios que en la capital se ubican- podamos acceder a esos servicios con plenos derechos. Valga el papelón que está haciendo el Sr. Román con las multas a los autobuses del ASTRA que nos llevan a nuestro hospital para tener la certeza de que no sabe estar a la altura.

Entre las responsabilidades que exige ser la capital está también la de sumar a los servicios provinciales o regionales que se ubican en la ciudad servicios puestos en marcha por el Ayuntamiento. Guadalajara no ha hecho el esfuerzo por dotar a la ciudad de plazas de guardería municipales (en Azuqueca tenemos el doble que ellos), ni de abrir bibliotecas municipales (le vale con la regional), ni un centro dedicado a la Juventud (El Foro de Azuqueca lo financiamos íntegramente con fondos municipales). Además, el Plan Zapatero ha traído a Guadalajara la inversión que el Ayuntamiento le ha racaneado a los ciudadanos y, aún así, el alcalde se permitir criticarlo, en lugar de utilizarlo para generar empleo, que es el propósito con el que se ideó. Y como muestra, valga decir que en Azuqueca generamos 73 empleos por cada millón de euros recibidos del Gobierno central, mientras que en Guadalajara se crearon 33.


Algunas personas, entre las que me encuentro, creemos que para hacer las cosas bien, para ser útiles a los ciudadanos, tenemos que pedir, trabajar, convencer y también dar. Otros practican el no pedir, no trabajar, no convencer y no dar. Sólo lloran. Lloran más. Lloran mucho más.

Ojalá que en la vida tenga más recompensa el pedir y el dar que el llorar. Ojalá que llegue el día en que Antonio Román, Presidente del PP de Guadalajara, de toda la provincia, se alegre de que a una ciudad de su provincia le vayan bien las cosas…

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